Editoriales
Buenos Aires 01 de Julio del 2025
VITAMINA D PARA PREVENCION DE ENFERMEDADES
Vitamina D para Prevención de Enfermedades
Eva S. Liu, MD; Andrew Davis, MD, MPH; Sherri-Ann, Burnett-Bowie, MD, MPH
* Division of Endocrinology, Brigham and Women’s Hospital, Harvard Medical School,Boston, Massachusetts
* Section of General Internal Medicine, University of Chicago Medicine, Chicago, Illinois
* Endocrinology Division, Massachusetts General Hospital, Harvard Medical School, Boston
JAMA. (2025);333(20):1824-1825. doi:10.1001/jama.2025.2278
La vitamina D regula la homeostasis ósea,1 y los estudios epidemiológicos sugieren que niveles más bajos de vitamina D pueden estar asociados con un mayor riesgo de infecciones del tracto respiratorio, enfermedades cardiovasculares, malignidad y trastornos metabólicos.2,3 Una mayor conciencia de los posibles beneficios para la salud asociados con niveles más altos de 25(OH)D ha resultado en pruebas y suplementación generalizada de vitamina D en la población general de los EE. UU.
Sin embargo, no hay consenso sobre un valor umbral por debajo del cual se deba ofrecer suplementos de vitamina D a las personas.3,4 En 2021, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. informó que no había suficiente evidencia para recomendar la detección sistemática de la deficiencia de vitamina D en adultos asintomáticos.4
Las tasas de deficiencia marcada de vitamina D (25[OH]D ≤12 ng/mL) varían según la raza y la etnia, con tasas más altas en personas asiáticas no hispanas (8%), negras no hispanas (18%) e hispanas (6%) en comparación con las personas blancas no hispanas (2%).3
Características de la Fuente de la Guía
El panel de la guía estuvo compuesto por expertos en endocrinología pediátrica y de adultos, medicina interna, obstetricia/ginecología, nutrición y epidemiología.5 El panel utilizó la metodología GRADE, y el Centro de Práctica Basada en la Evidencia de Mayo realizó las revisiones sistemáticas y los metanálisis y resumió el COE para cada recomendación (Tabla).
La guía aborda la prevención de enfermedades, y las recomendaciones no se aplican a personas con afecciones subyacentes que afecten la homeostasis de la vitamina D, como enfermedad renal avanzada, malabsorción, riesgos dietéticos (p. ej., dieta vegetariana, intolerancia a la lactosa o lactantes), ni a personas con indicaciones clínicas para la detección de 25(OH)D, como aquellas con hipocalcemia, fracturas por fragilidad u osteoporosis.5
Base de Evidencia
Los metanálisis de 12 ensayos clínicos aleatorizados (ECA; n = 12 951) en niños de 1 a 18 años sugieren que la suplementación con vitamina D (dosis promedio, 1200 UI/día) puede estar asociada con un menor riesgo de ITR en comparación con la ausencia de suplementación (diferencia de riesgo [DR], -4,3 %; IC del 95 %, -9,3 % a 1,4 %) y, en 6 ECA pediátricos (n = 10 356), puede haberse asociado con menos RTI inferiores (p. ej., neumonía) (RD, −3,3 %; IC del 95 %, −8,1 % a 1,9 %).5
Sin embargo, los IC del 95 % para la RD, que incluyen 0 %, también sugieren la posibilidad de que no haya efecto. Para adultos de 75 años o más, un metaanálisis de 25 RCT (n = 49879) sugirió una asociación de disminución de la mortalidad por todas las causas con la suplementación con vitamina D (dosis promedio, 900 UI/d; RD, −6 %; IC del 95 %, −11 % a 0 %); sin embargo, los IC del 95 % incluyeron la posibilidad de que no haya efecto. Los IC del 95 % en otros metanálisis (16 ECA) de adultos mayores de 75 años que viven principalmente en la comunidad no mostraron ningún efecto sobre las tasas de fracturas (DR, 0,1 %; IC del 95 %, −0,5 % a 0,6 %) ni sobre las caídas (DR, −1,6 %; IC del 95 %, −4,8 % a 1,6 %).5
En el embarazo, una menor concentración de vitamina D se ha asociado con resultados perinatales y neonatales adversos.3,5,6 Las DR estimadas a partir de metanálisis de ECA durante el embarazo sugieren una asociación favorable de la vitamina D con resultados importantes, pero los IC del 95 % incluyen la posibilidad de que no haya efecto en la preeclampsia (DR, −2,3 %; IC del 95 %, −4,6 % a 13 %; 8 ECA; n = 2674), la mortalidad neonatal (DR, −0,8 %; IC del 95 %, −1,4 % a 0,9 %; 3 ECA; n = 1576), parto prematuro (DR, −2,8 %; IC del 95 %, −6,2 % a 3,7 %; 6 ECA; n = 2085) y pequeño para la edad gestacional (DR, −4,1 %; IC del 95 %, −9,4 % a 3,8 %; 5 ECA; n = 2355).5
En un metaanálisis de 10 ECA (n = 4060) en personas con prediabetes, la suplementación con vitamina D, sumada a intervenciones en el estilo de vida, sugirió una asociación con una menor progresión a diabetes tipo 2 (DR: -2,4 %; IC del 95 %, -4,6 % a 0 %), sin una reducción clara de la mortalidad por cualquier causa ni de los eventos cardiovasculares.5
Beneficios y Perjuicios
Los suplementos de vitamina D son económicos y, en general, seguros si se toman en las cantidades recomendadas.
La prevalencia mundial de niveles bajos de vitamina D es alta y afecta a la mayoría de los niños en países de ingresos bajos y medios, e incluso en países de ingresos altos.
La incidencia de raquitismo nutricional está aumentando (24 por 100 000 pacientes-año en Norteamérica, Australia y Europa).7
Se recomendó el uso empírico de vitamina D en niños de 1 a 18 años debido a su claro beneficio en la prevención del retraso del crecimiento y la posible prevención de las infecciones del tracto respiratorio. De igual manera, la guía recomendó que el beneficio potencial de la vitamina D empírica para la disminución de la mortalidad por todas las causas en adultos de 75 años o más podría ser rentable y podría compensar cualquier efecto adverso de la suplementación con vitamina D.5
Durante el embarazo, el feto obtiene vitamina D de la 25(OH)D circulante materna.6 Los ECA publicados sobre resultados relacionados con el embarazo y neonatales utilizaron dosis variadas de vitamina D (dosis promedio, 2500 UI/día) y podrían no haber tenido la potencia estadística suficiente para abordar cada resultado examinado. No obstante, dado que los resultados adversos del embarazo son preocupantes y que la vitamina D empírica administrada durante el embarazo tiene una duración limitada y se asocia con eventos adversos mínimos, el panel de la guía concluyó que la vitamina D empírica puede ser beneficiosa durante el embarazo.5
El bajo riesgo y el bajo costo de la suplementación con vitamina D permitieron al panel de la guía recomendar la suplementación para personas con prediabetes, dado el valor potencialmente sustancial de la vitamina D empírica para reducir el riesgo de progresión a diabetes.
Discusión
Pocos alimentos contienen vitamina D de forma natural (las excepciones son los pescados grasos y, en menor medida, las yemas de huevo, las carnes y el queso). Por lo tanto, la fortificación con vitamina D de productos lácteos, cereales, margarina y leches vegetales aporta la mayor parte de la vitamina D que se consume en las dietas estadounidenses.3
Los expertos en directrices, en consonancia con la Academia Nacional de Medicina, recomiendan que las personas sanas no embarazadas puedan alcanzar la IDR de 600 UI/día para las edades de 19 a 70 años y de 800 UI para las edades de 70 a 74 años sin suplementación empírica; sin embargo, las personas con un nivel socioeconómico bajo podrían requerir suplementos para alcanzar la IDR. La evidencia sobre la suplementación con vitamina D más allá de la IDR incluye ECA en los que los IC del 95 % de las DR entre la suplementación y la ausencia de suplementos incluyen la posibilidad de que no haya ningún beneficio.2,3,5,8
Muchos de los participantes de los ECA se inscribieron sin niveles bajos documentados de 25(OH)D y contaban con diversas fuentes dietéticas y ambientales adicionales de vitamina D.5,8
Otros factores limitantes clave en la base de evidencia incluyen la corta duración del estudio, la limitada diversidad de participantes y las variaciones en la dosis o duración de la suplementación, la formulación de vitamina D y la coadministración de calcio.5,8
Áreas que Requieren Estudios Futuros
Se necesitan ensayos con la potencia estadística adecuada y una duración suficiente (>5 años) en poblaciones con niveles basales bajos de 25(OH)D para determinar los niveles óptimos de 25(OH)D para obtener beneficios específicos para la salud, en particular en niños, embarazadas, personas de 65 a 74 años (dado un mayor riesgo de enfermedades crónicas) y personas con prediabetes u obesidad.
Los ECA a gran escala con diferentes dosis diarias de vitamina D, enfocados en múltiples niveles sanguíneos de 25(OH)D, podrían ayudar a definir los niveles de 25(OH)D y las dosis de vitamina D necesarias para prevenir resultados adversos.
El panel también recomendó futuras investigaciones sobre cómo varían los beneficios y los daños de la detección o el tratamiento con vitamina D según la raza y la etnia, y cómo los determinantes sociales de la salud y los factores biológicos (p. ej., la pigmentación de la piel) pueden afectar los resultados clínicos.
References
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