Miscelaneas
Buenos Aires 01 de Diciembre del 2021
Relación Autismo y Niveles Anormales de Lípidos
Relación Autismo y Niveles Anormales de Lípidos
Isaac Kohane (chair of Department of Biomedical Informatics in the Blavatnik Institute at Harvard Medical School)
Yuan Luo (professor of preventive medicine at the Feinberg School of Medicine at Northwestern University)
Nature Medicine – 2020
Resumido por:Carmen Leitch
Científicos han encontrado un grupo de genes que desempeña un papel en el desarrollo de un subtipo de autismo. Los genes están implicados en el control del desarrollo del cerebro, así como en el metabolismo del colesterol.
Todavía se desconocen las causas exactas del trastorno del espectro autista (TEA). Se cree que se debe a una compleja interacción de factores genéticos y ambientales, algunos de los cuales han sido identificados. El autismo se ha relacionado con cientos de variantes genéticas que pueden hacerlo más probable, es más común en individuos con síndrome X frágil o síndrome de Down, se da con más frecuencia en niños que nacen de padres mayores.
El TEA es un trastorno social complejo que puede tener distintas manifestaciones en diferentes pacientes. Este trabajo intenta ayudar a comprender mejor las bases moleculares del trastorno.
La complejidad del autismo es muy grande, el hecho de que el autismo engloba muchas afecciones diferentes y cada una se debe a causas distintas pone en evidencia el grado de complejidad, las causas: genéticas, ambientales o ambas.
Identificar las raíces de la disfunción en cada subtipo es fundamental para diseñar tratamientos y herramientas de cribado para un diagnóstico correcto, oportuno; la esencia de la medicina de precisión.
Para analizar esta enfermedad compleja con una variedad de factores que contribuyen a ella, los investigadores integraron diferentes tipos de datos, como los de la secuenciación del exoma, los patrones de expresión de proteínas, los registros médicos y de seguros de salud.
Nuestros datos completan la visión de los genes que tienen múltiples funciones reguladoras y están implicados en el autismo.
Los investigadores utilizaron dos bases de datos. Una que contenía los historiales médicos de más de 34 millones de personas de diversas instituciones médicas de Estados Unidos, que incluían a 80.700 personas con TEA. La otra incluía 2,7 millones de personas y 25.000 eran niños con autismo.
Se incluyeron los niveles de lípidos como el colesterol malo (LDL), el colesterol bueno (HDL) y los triglicéridos.
El estudio mostró una clara relación entre los niveles anormales de lípidos y el TEA.
Se descubrió que los individuos con autismo tenían el doble de probabilidades de tener niveles anormales de lípidos en comparación con las personas sin el trastorno. Si había niveles anormales de lípidos en las madres, éstas tenían un 16 por ciento más de probabilidades de tener un hijo autista que las madres con niveles normales de lípidos. En los padres, los niveles anormales de lípidos aumentaban la probabilidad en un 13 por ciento. Los niños con autismo también tenían un 76 por ciento más de probabilidades de tener niveles anormales de lípidos en comparación con sus hermanos no afectados.
El trabajo también demostró que otros trastornos como la epilepsia, los problemas de sueño y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad eran significativamente más probables en personas con niveles elevados de lípidos, lo que sugiere que la dislipidemia podría alterar el desarrollo neurológico. Algunos trastornos hormonales y metabólicos, como la anemia, el hipotiroidismo y la deficiencia de vitamina D, también eran más frecuentes en personas con autismo y dislipidemia. Las personas con síndrome de Rett, estrechamente relacionado con el autismo, son portadoras de una mutación en un gen del metabolismo del colesterol. Este trabajo puede ayudar a explicar ese vínculo.
Además, entre el 50 y el 88 por ciento de los tipos que tienen un trastorno de la síntesis del colesterol llamado síndrome de Smith-Lemli-Opitz también tienen autismo.
Esta investigación podría ayudar a los científicos a desentrañar la etiología de otros trastornos muy complejos, sugirieron los autores del estudio. Los niños con autismo también son más propensos a sufrir trastornos gastrointestinales, por lo que la conexión entre el TEA y el metabolismo puede ser variada y compleja.
Este estudio puede ayudar a diseñar tratamientos de precisión dirigidos al defecto específico que subyace al desarrollo del autismo relacionado con la dislipidemia.
Conceptualmente, este es el mismo marco que podemos aplicar en los complejos trastornos hereditarios del neurodesarrollo como el autismo y otros. Nuestro enfoque multimodal, que combina múltiples tipos de datos, demuestra que esto no sólo es posible, sino inminente.