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Buenos Aires 01 de Noviembre del 2023

Biomarcador de Trastorno del Espectro Autista

 

 

Biomarcador de Trastorno del Espectro Autista

 

                               
                                                                     Takeo Yoshikawa; Motoko Maekawa
(RIKEN Center for Brain Science – Japan)

                                                                                                                 Brain Communications - 2020

                                                                                                               Resumido por: Carmen Leitch

 

 

Científicos pueden haber identificado un biomarcador para el trastorno del espectro autista (TEA).
Este trastorno comienza en las primeras etapas de la vida. Impacta en el aprendizaje, el comportamiento y la comunicación, resulta difícil diferenciar de otros trastornos como la hiperactividad. El biomarcador puede ayudar para diagnosticar correctamente y presentar una diferencia. 

Las células grasas son metabólicamente activas, pueden liberar hormonas que actuan sobre otros tejidos. Un tipo de molécula que producen las células grasas se llama adipoquinas, que pueden afectar la actividad cerebral. Los investigadores examinaron los niveles de adipoquinas, incluyendo FABP4, en niños pequeños con y sin TEA.
FABP4 era una adipoquina que puede modular la función cerebral, especialmente durante el desarrollo.
Los investigadores han determinado que los niveles de FABP4 son más bajos en niños de 4 a 6 años con autismo que en niños que se desarrollan de una manera típica. El tiempo de prueba es crítico, los niveles de FABP4 en niños mayores y adultos con TEA son normales.
Después de evaluar los niveles de FABP4 y encontrarlos bajos en niños pequeños con TEA, los investigadores utilizaron un modelo de ratón para agotar fabp4. Observaron que las neuronas en estos ratones fueron cambiadas de maneras similares a las neuronas que se han recogido de los cerebros de los pacientes con TEA después de la muerte.
Científicos también confirmaron que los niños en edad preescolar con TEA tenían niveles significativamente más bajos de FABP4 que los niños sin TEA en otros dos grupos de niños. Esto sugiere que a la edad correcta - 4 a 6 - los niveles de FABP4 pueden servir como un biomarcador ASD. En comparación con ratones de tipo salvaje, los ratones con niveles bajos de FABP4 también tuvieron problemas de comportamiento que causaron dificultades con el aprendizaje espacial y la memoria, como se ve en algunos pacientes con TEA.

Después de un análisis adicional de cerebros post mortem, los investigadores encontraron que en los niños mayores con TEA, los niveles de FABP4 son los mismos que los que no tienen TEA. Por lo tanto, la cantidad de FABP4 parece ser demasiado baja en niños con TEA en un período muy específico en desarrollo. Por lo tanto, podría no ser sólo un biomarcador, sino que puede desempeñar un papel en el desarrollo de enfermedades.

Los investigadores esperan replicar nuestros hallazgos en un grupo más grande, lo que nos permitirá determinar si los síntomas específicos del TEA o su gravedad están relacionados con niveles bajos de FABP4 y llevar a cabo un estudio prospectivo de cohortes de recién nacidos para determinar si los niveles de FABP4 al nacer pueden predecir la manifestación futura de TEA.