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Buenos Aires 01 de Diciembre del 2021

El Microbioma Intestinal Controla el Sistema Inmunitario Intestinal

 

El Microbioma Intestinal Controla el Sistema Inmunitario Intestinal

 

                         Shipra Vaishnava (Professor of molecular microbiology and immunology at Brown University)

                                                                                    Immunity – Dec. 2018

                                                                              Resumido por: Carmen Leitch

 

Los microorganismos que viven en nuestro sistema gastrointestinal (microbioma intestinal) tienen muchas funciones importantes, como ayudarnos a digerir los alimentos, absorver los nutrientes adecuados y varios otras funciones.

Investigadores han utilizado ahora un modelo de ratón para demostrar que el microbioma intestinal ejerce un control sobre el sistema inmunitario de su huésped, de modo que el sistema inmunitario no ataca a las bacterias del microbioma. Determinaron que las bacterias intestinales pueden regular los niveles de vitamina A, lo que protege a los microbios de una respuesta inmunitaria.
Hasta ahora estas enfermedades se atribuyen al aumento de la respuesta inmunitaria o a la activación del sistema inmunitario, pero hemos encontrado una nueva forma en que las bacterias de nuestro intestino pueden amortiguar la respuesta inmunitaria. Esto podría ser fundamental a la hora de determinar terapias en enfermedades autoinmunes u otras enfermedades inflamatorias del intestino, así como en la deficiencia de vitamina A.

La mayoría de los aproximadamente 100 billones de bacterias del microbioma intestinal son beneficiosas para el huésped, han evolucionado para vivir en comunidad dentro del intestino. Estos microbios coexisten pacíficamente y pueden coordinarse contra los intrusos. Tanto en los humanos como en los ratones, los filos bacterianos Firmicutes y Bacteroidetes son los principales protagonistas del microbioma intestinal.
Se ha descubrierto que las bacterias Firmicutes, especialmente las clasificadas como Clostridia, pueden reducir el nivel de expresión de una proteína llamada Rdh7, retinol deshidrogenasa. La Rdh7 puede transformar la vitamina A de la dieta en su forma activa, llamada ácido retinoico. Los clostridios también pueden favorecer el almacenamiento de vitamina A en el hígado. Es de esperar que, aunque estos hallazgos se hayan producido en ratones, se apliquen también a los humanos.
Cuando los ratones fueron modificados para que carecieran de Rdh7 en sus intestinos, tenían menos ácido retinoide que los ratones normales, como se esperaba. Los ratones modificados también tenían menos células inmunitarias que producen una señal llamada IL-22, que ayuda a orquestar la respuesta antibacteriana a los microbios intestinales. Otras partes del sistema inmunitario no se alteraron en los ratones modificados. Eso sugiere que Rdh7 sólo funciona en el control de la respuesta antimicrobiana Ahora, están trabajando para averiguar cómo Clostridia suprime Rdh7, y por qué es tan importante.

Comprender la relación entre el microbioma intestinal y la regulación de la respuesta del sistema inmunitario podría ayudarnos a tratar enfermedades como la de Crohn. Los estudios clínicos demuestran que las alteraciones en la relación huésped-microbioma provocan inflamación.
El papel de la vitamina A en la inflamación depende del contexto, es muy difícil de separar. Un cambio en el estado de la vitamina A y en los genes metabólicos de la vitamina A coincide con las enfermedades inflamatorias del intestino, pero no sabemos si esto promueve la inflamación o no. Esperamos que añadir nuestro hallazgo -que las bacterias pueden regular cómo se metaboliza la vitamina A en el intestino o se almacena- pueda ayudar a aclarar por qué el campo está viendo lo que está viendo.

Este trabajo también podría ayudar a abordar la deficiencia de vitamina A, un problema para los niños de África y el sudeste asiático. Podrían beneficiarse de los tratamientos bacterianos, ya que los microbios desempeñan un papel en la absorción y el almacenamiento de la vitamina A.

Tanto nuestra dieta como las bacterias de nuestro intestino están críticamente relacionadas con la regulación del comportamiento de nuestras células inmunitarias. Descubrir cuáles son esos vínculos a nivel molecular es importante para averiguar cómo podríamos utilizar la dieta o las bacterias, o ambas juntas, para tener un efecto terapéutico en las enfermedades inflamatorias o infecciosas.