Miscelaneas

Buenos Aires 01 de Enero del 2024

Persona Ciega - Nuevas posibilidades

 

 

Persona Ciega - Nuevas posibilidades 

 

                                                                                                                      
                                                                                                       Eduardo Fernandez

                                                                                                     The Journal of Clinical Investigation - 2021

                                                                                                                   Resumido por: Mia Wood

 

El problema de Molyneux es uno de los más famosos de la historia de la filosofía. En su carta de 1688 al filósofo John Locke, William Molyneux planteó la siguiente pregunta: Supongamos que un hombre, ciego de nacimiento, de repente ve. ¿Podría distinguir un cubo de una esfera con su vista recién adquirida? 
La pregunta se refiere esencialmente a la relación entre los datos de los sentidos procedentes de órganos distintos.
Las personas videntes entienden la sensación táctil de un cubo y una esfera en combinación con la sensación visual. Por ejemplo, al meter la mano en un bolso para buscar su teléfono. Mientras lo hace, es casi seguro que se imagina los objetos mientras sus dedos se mueven por ellos. Una persona sin vista no tiene experiencias visuales, por tanto, no tiene datos sensoriales que combinar con las sensaciones táctiles.

Locke pensó que el ciego que repentinamente adquiere la vista no sería capaz de distinguir los dos objetos sólo con la vista. (También debemos añadir que incluso ver dos objetos ocupando el espacio podría ser una exageración, ya que el hombre súbitamente vidente no tendría percepción visual de la profundidad). Todas nuestras ideas se originan en la sensación, según Locke, el hombre tendría que desarrollar el almacén de datos visuales y, lo que es más importante, tocar los objetos mientras los ve. El problema ha acosado a los pensadores desde entonces.

Gracias a los avances tecnológicos actuales, los investigadores están ahora en condiciones de dar una respuesta.
Un equipo de científicos de la Universidad Miguel Hernández y del Instituto Holandés de Neurociencia ha conseguido que un voluntario de 57 años, que llevaba 16 años ciego, pueda ver. Son uno de los primeros pasos hacia la creación de prótesis cerebrales para ciegos. El voluntario llevaba unas gafas especiales equipadas con una pequeña cámara para captar datos visuales. Esa información se codificaba y se enviaba a un implante en la corteza visual del voluntario. El implante, una matriz de microelectrodos compuesta por 96 electrodos, estimulaba a su vez las neuronas para producir fosfenos, puntos de luz blanca. Estos fosfenos generaban una imagen simple.

El estudio ha demostrado seguridad como así también eficacia y podría ayudar a alcanzar un sueño largamente acariciado por muchos científicos, que es la transferencia de información del mundo exterior directamente a la corteza visual de los individuos ciegos, restaurando así una forma rudimentaria de vista.