Miscelaneas

Buenos Aires 01 de Junio del 2024

Microbio Probiótico Podría Proteger Contra ELA

 

 


Microbio Probiótico Podría Proteger Contra ELA

                           
                                                                     
                                                                                       Audrey Labarre;Ericka Guitar;Gilles Tossing:Anik Forest;Alex Parker et al.
                                                                                                                                   (Universidad de Montreal)

                                                                                                              Communications Biology 5; number;1340 (2022)

                                                                                                                         Resumido por: Carmen Leitch

 


El cuerpo humano es el hábitat natural de muchos microbios, incluidos cientos de especies bacterianas denominadas microbiota. Un creciente conjunto de pruebas demuestra que la microbiota intestinal es esencial para la salud humana, y un desequilibrio bacteriano, denominado disbiosis, puede estar relacionado con muchas enfermedades humanas. Se ha sugerido que el microbioma del tracto oro-gastrointestinal puede extender sus efectos más allá de su nicho y contribuir sistémicamente a diversas enfermedades dependientes de la edad. De hecho, un número creciente de estudios ha identificado perturbaciones en el microbioma intestinal debido a varios trastornos neurodegenerativos, incluida la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), la esclerosis múltiple (EM), el Alzheimer (EA) y la enfermedad de Parkinson (EP).
Por lo tanto, regular positivamente la relación microbiota-salud ha atraído la atención como enfoque preventivo o terapéutico para muchas enfermedades, incluidos los trastornos neurodegenerativos.
Las bacterias probióticas se definen como microorganismos vivos que pueden tener efectos positivos para la salud cuando son consumidos por el huésped. Las investigaciones emergentes se han centrado en el uso de suplementos probióticos para contrarrestar la disbiosis con el objetivo de estabilizar los déficits cognitivos y emocionales en la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, la caracterización de efectos similares en modelos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) está pendiente de investigación. Son de interés los estudios que muestran que el tratamiento con antibióticos que agota el microbioma, o el tratamiento con moléculas específicas derivadas de bacterias, como el γ-butirato, puede retrasar la aparición de fenotipos en la ELA en ratones con pérdida de función hSOD1G93A y C9orf72.
No se comprenden completamente los conocimientos sobre los mecanismos moleculares que subyacen a estos efectos.
Se ha descubierto ahora que una bacteria llamada HA-114 Lacticaseibacillus rhamnosus podría ayudar a prevenir la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En un modelo de ELA con nematodos, el microbio evitó la neurodegeneración.
En ELA, las células nerviosas que controlan el movimiento, llamadas neuronas motoras, mueren gradualmente, provocando una pérdida de movimiento y función. Si bien la causa de la ELA aún está bajo investigación, este estudio ha sugerido que las alteraciones del metabolismo de los lípidos están contribuyendo a la neurodegeneración, y HA-114 puede brindar protección contra esa influencia nociva.
Otras investigaciones también han indicado que la disfunción en el microbioma intestinal puede estar implicada en el desarrollo de la ELA y otros trastornos neurodegenerativos.
Cuando los investigadores agregaron el microbio HA-114 a la dieta del modelo de ELA con lombrices intestinales, se suprimió la degeneración de las neuronas motoras, señaló Parker. "La particularidad del HA-114 reside en su contenido en ácidos grasos."
Los gusanos redondos llamados Caenorhabditis elegans tienen alrededor del 60 por ciento de su genoma en común con los humanos y sirven como modelos animales comunes. Portan algunos genes que se han relacionado con la ELA.
Se probaron en los gusanos trece cepas bacterianas y tres combinaciones de cepas. HA-114 tuvo un impacto significativo y redujo la alteración motora que se produce en modelos tanto de ELA como de enfermedad de Huntington.
Trabajos adicionales indicaron que dos genes, llamados acdh-1 y acs-20, están involucrados en la neuroprotección proporcionada por la bacteria. Estos genes están involucrados en el metabolismo de las grasas o lípidos y en la descomposición de los ácidos grasos para obtener energía, un proceso llamado beta oxidación, que ocurre en las mitocondrias.
Parker sugirió que HA-114 suministra ácidos grasos que ingresan a las mitocondrias a través de una vía no tradicional, lo que restablece un equilibrio en el metabolismo energético que se altera en la ELA y que disminuye la neurodegeneración.
Los investigadores están trabajando para validar estos hallazgos en un modelo de ELA en ratones y ahora planean iniciar un pequeño ensayo clínico con pacientes de ELA.