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Buenos Aires 01 de Junio del 2021

Por qué alguna gente puede tolerar climas fríos?

Por qué alguna gente puede tolerar climas fríos?

Cuando los humanos empezaron a migrar de África a Europa, hace más de 50.000 años, a temperaturas más frías, algunos de ellos pueden haber estado protegidos de los efectos del frío por una variación en un gen ACTN3. Esta variante se mantuvo en la población, lo cúal puede haber sido beneficiosa.


El gen ACTN3 codifica para una proteína llamada α-actinina-3 que afecta a la función del músculo esquelético, y la variante hace que la α-actinina-3 no sea funcional. Esta variante denominada pérdida de función (LOF) en ACTN3 se hizo más común a medida que la gente se trasladaba a lugares más fríos, y parece que la variante ayudó a mejorar la tolerancia al frío al aumentar el tono muscular en las personas que la portan.

Un estudio muestra una mejor tolerancia al frío en las personas que carecen de α-actinina-3, lo que habría supuesto una ventaja evolutiva de supervivencia al trasladarse a climas más fríos, también destaca la gran importancia del músculo esquelético como generador de calor en los humanos

Se cree que unos 1.500 millones de personas en todo el mundo son portadoras de la variante LOF en ACTN3. Aunque la pérdida de la α-actinina-3 probablemente no cause ninguna enfermedad, puede interferir en la potencia muscular cuando los portadores hacen sprints o esfuerzos extenuantes. Dado que los humanos conservan la variante, es probable que los beneficios que aporta durante el frío superen cualquier perjuicio derivado de la pérdida de potencia muscular.

Los investigadores evaluaron si el gen mejoraba la tolerancia al frío. Estudiaron a voluntarios sanos de entre 18 y 40 años que eran portadores de la variante LOF o de copias normales de ACTN3. Las personas de cada grupo se sumergieron en agua a 14°C (unos 57°F) durante intervalos de veinte minutos, con descansos de diez minutos en aire a temperatura ambiente entre ellos. Este proceso se repitió hasta que la temperatura corporal central de los participantes descendió a 35,5°C (unos 96°F), o durante 170 minutos de inmersión (incluyendo los descansos), lo que ocurriera primero.
Comprobaron que los portadores de la variante LOF cambiaban hacia el uso de fibras musculares de contracción lenta durante la inmersión; su tono muscular aumentaba pero no temblaban del todo. En las personas con ACTN3 funcional, había más movimiento de las fibras musculares de contracción rápida, y el estallido de alta intensidad era dos veces mayor en estos individuos.
Los portadores de LOF no quemaron más energía, lo que sugiere que el uso de baja intensidad de las fibras musculares de contracción lenta ayuda a las personas a generar calor de forma más eficiente y a tolerar el frío mejor que los que tiemblan.
No está claro si la grasa parda o la tolerancia al frío se ven afectadas por la α-actinina-3 en los bebés; es posible que la variante LOF sea más eficaz más adelante. Tampoco sabemos si la ausencia de α-actinina-3 afecta a la tolerancia al calor o a las respuestas fisiológicas al ejercicio.

 

Håkan Westerblad (Karolinska Institute) and Marius Brazaitis (Lithuanian Sports University)

                                                                American J. of Human Genetics - Feb 2021

                                                                       Resumido por: Carmen Leitch